miércoles, 30 de mayo de 2012

Shaquille O´Neil y Nietzsche: el camino para llegar al objetivo

Hoy he leído el artículo de Alain Laiseka  "Los viudos de Bielsa" sobre Marcelo Bielsa, publicado en el diario Deia el pasado viernes 25 de mayo. En este interesantísimo artículo me he encontrado con una instructiva y ejemplar historia sobre cómo conseguir llegar al objetivo por un camino diferente.
Rafael Echeverria, uno de los fundadores de la linea ontológica de coaching, compara el método de coaching de Bielsa con la del mítico ex-entrenador de los Chicago Bulls y de Los Angeles Lakers, Phil Jackson. Así lo narra Alain en su artículo: "según cuentan por su cumpleaños Jackson le regaló a Shaquille O'Neil un libro de Nietzsche. Un periodista le preguntó una vez al preparador por qué: "¿De verdad cree usted que O'Neil lo va a leer?". Jackson le respondió claro: "Por supuesto que no". "Pensé que se iba a extrañar tanto como se ha extrañado usted y me imaginé que me iba a preguntar por qué le había hecho ese regalo, tal como en efecto, sucedió. Ello permitió que tuviéramos una importante conversación en la que le expliqué que ese libro planteaba que el ser humano podía superarse permanentemente y llegar a ser muy diferente de cómo inicialmente había sido. Sin ese regalo me hubiese sido muy difícil tener esa conversación. Y como resultado de ella, su desempeño mejoró sustancialmente".
Mente lúcida y creativa para llegar al objetivo por un camino diferente. Gran historia y ejemplo para cualquier coach.

martes, 29 de mayo de 2012

¿Quién nos juzga?

Por diferentes motivos, me he puesto a reflexionar sobre situaciones que cotidianamente se suelen dar tanto en el mundo de la empresa, como en el mundo del deporte, a la hora de que nuestro jefe o entrenador nos "juzgue", es decir, tome una decisión que nos afecta y, como consecuencia, la reacción que solemos tener ante la misma. Generalmente, cuando esa decisión no nos es favorable, la reacción suele ser de enfado, de frustración y además genera en nosotros el efecto de "ahora que lo haga tu tía".
Esta situación se puede dar cuando un deportista lo está dando todo, entrena como el que más, cuando sale lo da todo... pero que juega poco o no juega y no lo entiende. O cuando un empleado cumple con su trabajo, está comprometido con la organización, se involucra...pero cuando llega el momento de un ascenso o una promoción, es otra persona la elegida. Es justo en ese momento cuando ponemos en duda todo lo que hemos venido haciendo, pensando en qué hemos fallado, qué es lo que no hemos hecho para estar donde creemos merecer, nos preguntamos dónde queda la recompensa a todo el esfuerzo realizado. Considero que es normal tener una primera reacción de fastidio pero, a partir de ese primer momento, ahí es donde la persona que se ha trabajado, que auto-lidera su vida, arranca para arriba y los demás comienzan la cuesta abajo. Mientras que unos entran en depresión, frustración, dejadez, etc, las otras personas están satisfechas porque saben qué es lo que depende de ellos, lo que está en sus manos, bajo su decisión,  en su circulo de influencia, siguen comprometidas consigo mismo y consideran que exigiéndose a ellas mismas no tienen nada que esperar de los demás.
Para llegar a este punto tenemos que ser sinceros y objetivos con nosotros mismos ya que en muchas ocasiones la valoración que hacemos de nosotros mismos únicamente está soportada por nuestra propia valoración subjetiva, sin poder demostrarlo con datos objetivos, ni siquiera con opiniones subjetivas de otras personas que nos han podido dar su feedback.
Creo que conviene recuperar para este momento,la reflexión de Confucio que en este blog utilizamos hace unos meses, en la que recomendaba exigirse mucho a uno mismo y esperar poco de los demás, ya que así te ahorrarás disgustos.
Por lo tanto, actuemos en nuestro circulo de influencia ya que así reduciremos mucho nuestro círculo de preocupación, y si, tras una análisis objetivo y subjetivo desde diferentes prismas, la realidad nos demuestra que es tozuda, siempre nos queda buscar un lugar en el que de verdad seamos valorados y así lo sintamos. En esto radica el auto-liderazgo, en moverse. 

domingo, 20 de mayo de 2012

La bellota de la vida

"...Somos más similares a una bellota, que contiene en su interior todo el potencial para convertirse en un majestuoso roble. Necesitamos alimento, estímulo y luz para crecer, pero el roble ya se encuentra en nuestro interior" El símil de la bellota utilizado por Sir John Withmore es una de mis referencias tópicas a la hora de expresar mi visión más humanista del mundo en el que vivimos.  ¡Dios, tenemos la capacidad de conseguir lo que nos propongamos! ¿Por qué nos cuesta tanto aceptarlo?
Y qué maravilloso es poder compartir el camino de las personas al descubrir este potencial. En demasiadas ocasiones se nos olvida que el potencial está en nuestro interior pero ojo, a base de mucho trabajo y mucha persistencia, que, en ocasiones, parece que cuando hablamos de poder conseguir lo que nos propongamos es a base de ilusiones mentales, poco esfuerzo y mucha palabrería.
Esta sensación de compartir el trayecto hacia el descubrimiento de la bellota de la vida es lo que estoy disfrutando con mi actual coachee, un diamante por pulir que está recuperando la confianza perdida a través de encontrar la fuerza en si mismo. Da igual que juegue el partido entero, media parte o 30 minutos porque se ha dado cuenta que esta decisión no está en sus manos pero sí el aprovechar el tiempo que le dan, el entrenar como si fuera a jugar un partido, en que cada partido es una oportunidad más para demostrar todo lo que vale... Es fantástico ver como jugando 30 minutos sale conténtisimo del partido. Estamos llegando al final del proceso y ha avanzado desde la primera vez que nos encontramos aunque ¡todavía lo que le queda! El próximo fin de semana tiene una verdadera prueba para demostrar si ha alcanzado su meta, si esos avances culminan en la meta. Yo estoy seguro que lo va a conseguir porque gran parte del camino ya lo tiene trabajado, ahora solamente le falta ese sprint final y luego seguir por ese camino que ya ha empezado.
El regalo que el coaching nos da a los coaches es poder compartir un proceso así con el coachee. Todo el mérito está en el coachee y nuestra suerte es poder disfrutar de estas transformaciones, de poder ver como la bellota se convierte en un majestuoso roble. ¡¡¡Gracias!!!