jueves, 31 de diciembre de 2015

Formaciones que valen la pena

Este año he incumplido una regla que me había impuesto: una formación por año. Muchas veces las ganas de aprender nos hace meternos en muchas historias a las que luego no podemos sacar provecho y terminamos agobiados. Sin embargo, esta vez, no he podido evitarlo.  Tras realizar en julio el Coaching de Equipos de la mano de Maria Ruiz de Oña y la dirección de David Llopis, este noviembre he comenzado el Master en Psicología y Coaching del Deporte y de la actividad física también en Florida Universitaria bajo la dirección de David Llopis. 
Dentro del Master, los días 28 y 29 de diciembre se han celebrado las Jornadas de Actualización profesional en el deporte que han contado con la presencia de profesionales que están trabajando en el ámbito de la psicología y el coaching deportivo como Jose Luis Martinez Adán en el ámbito del motociclismo, el propio David Llopis en el mundo de las maratones, Diego Ruano en el baloncesto de base, David Rincón en el Real Valladolid, Yolanda Cuevas con la importante figura de los padres y Jose Antonio García Herrero hablando del liderazgo del entrenador. Además contamos con el testimonio de Elisa Aguilar gran jugadora de baloncesto y gran persona. En estas jornadas he podido aprender nuevas cosas, contrastar el trabajo que estoy haciendo, llevarme nuevas herramientas para mis procesos y disfrutar mucho con el crecimiento de gente a la que he conocido en estas formaciones.
Es el tercer curso que hago con Florida y con el equipo de David Llopis; he realizado el Experto en Coaching Deportivo, el de Coaching de Equipos y ahora el Master y me gustaría aprovechar para destacar dos cosas: por un lado la labor de David y su equipo que es fantástica, creando formaciones de calidad con grandes profesionales en función de las necesidades que vamos trasladando en los diferentes cursos, y, por otro lado, los espectaculares grupos de personas con los que me he encontrado en cada uno de ellos, grupos compenetrados, con ganas de aprender y de compartir. 
Quería terminar este año agradeciendo a David, a Miriam, a todos los formadores que he tenido y a todos los compañeros de aprendizaje con los que he coincidido en esta maravillosa aventura que el Coaching Deportivo por todo lo que me están ayudando y aportando en este crecimiento profesional.
A todos ellos, y a todos los que seguís este blog, os deseo un feliz 2016.

lunes, 7 de diciembre de 2015

Del gran salto al gran empujón

Hace ya un tiempo que escribí en este mismo blog el daño que estaban haciendo determinados programas de televisión a la profesión de coach. De esto me dí cuenta directamente cuando la madre de un deportista con el que iba a trabajar y no sabía muy bien qué era esto del coaching me preguntó ¿es eso que hace Bisbal con los cantantes? Ahí saltaron todas las alarmas.

Hace unas semana me comentaron que en ETB2 (canal autonómico vasco de televisión) había empezado un programa llamado "El gran salto" en la que participaban varios coachs que trabajaban con  emprendedores para sacar adelante sus proyectos. Al final el concursante que mejor llevará adelante  su idea ganaría el premio de 12.000€. Me pareció muy interesante e ilusionante ver que también en el País Vasco ya se empezaba a reconocer el coaching.
Cual fue mi sorpresas al ver el programa que la labor que desempeñan los coachs están mucho más cerca de funciones de consultoría o de mentoring que de coaching. En mi experiencia como coach no diría que soy de un perfil de coach que aplica el coaching puro, basado únicamente en preguntas, un coaching ortodoxo en esencia. No obstante sí creo que en todo proceso de coaching hay una base que mantener y que creo, claramente, en este programa no se cumple. Las directrices por parte de los "coachs" son muy claras, dirigen y corrigen a los supuestos coachees, incluso llegando al punto de decirles qué quieren de ellos en sus vidas. Escribo este post porque estas "publicidades" engañan a la gente con respecto a la labor de un coach ya que luego hay personas que se presentan en procesos esperando que le des respuesta a lo que les va mal, le digas lo que tiene que hacer y les resuelvas sus problemas. 
Creo que es muy diferente el acompañamiento en el camino a una meta que el empujón de cara a conseguir esa meta. Soy consciente que el coaching está de moda pero también de que la moda pasará y, tras una limpieza natural, quedarán los que de verdad generan y aportan valor. Mientras tanto sería bueno no confundir a la gente. Si se hace un trabajo con expertos, con consultores o mentores no pasa nada por indicarlo así. Personalmente el programa "El gran salto" me parece interesante pero está más cercano a denominarse el "El gran empujón". 

domingo, 18 de octubre de 2015

No te rindas. Sobrevive y Avanza

Parece que poco a poco mi admiradísimo Rafa Nadal, a pesar de su última derrota contra Tsonga, va recuperando sus buenas sensaciones. En estas semanas en tierras asiáticas nos ha dejado nuevos aprendizajes para aquellos que sentimos pasión por la superación de las personas y las fórmulas de conseguir que cada uno de nosotros saque su máximo potencial.
En una entrevista que recientemente concedía a Sky Sports hablaba que una de las claves para recuperar su mejor nivel es el control de las emociones ¿Ha hablado de emociones? Sí, efectivamente, EMOCIONES en mayúsculas.
En la entrevista Rafa Nadal señala que durante este año ha jugado con demasiada ansiedad, aduciendo que los nervios y que las lesiones han podido ser motivo de ese estado. Rafa comentaba que es muy difícil encontrar el nivel correcto cuando no controlas tus emociones. ¿Uno de los deportistas con mayor fuerza mental que jamás hemos conocido reconociendo nervios, ansiedad..?…¡qué bueno! Sí, ¡qué bueno! Rafa Nadal ¡es humano! es una persona normal que también sufre de nervios, de ansiedad...y qué bueno que lo reconozca.
El otro día vi el documental “Sobrevive y avanza. La historia de Jim Valvano” entrenador del Universidad Estatal de Carolina del Norte en los años 80 y que llevó a los “Wolfpack” a ganar la final de la NCAA en 1983 contra Houston que contaba, entre otros, con Olayuwon y Clyde Drexler. Hasta este documental no conocía a Jim Valvano y a partir de este documental os recomiendo a todos que indaguéis en quién era ese hombre. Él también hablaba de emociones pero aquí, ahora, quiero traer un pensamiento que aparece en el documental “no hay personas extraordinarias, hay personas normales que hacen cosas extraordinarias”
No quiero hacer un discurso demagógico y decir que todo el mundo pueda ser Nadal, Gasol, Valentino Rossi o Michael Jordan, no estoy diciendo eso. Hay que tener muchísimo talento para ello pero sí creo que muchos deportistas podrían llegar a acercarse a sus limites de rendimiento si fueran conscientes que gran parte de los logros de estos mitos está basado en el trabajo y en la constancia y dentro de ese trabajo está el control de sus emociones. Son humanos, personas normales. Por ejemplo, Michael Jordan no fue siempre Michael Jordan, en el college no fue seleccionado en las primeras pruebas ¿qué hubiera pasado si se hubiera rendido? ¿si el miedo le hubiera vencido? Ciertamente en la historia del deporte hay pocos jugadores que son mitos pero muchos se quedan en el camino o no llegan a sacar su máximo potencial porque consideran que para llegar hasta lo más alto hay que ser extraordinario y el mensaje es que las personas normales son las que hacen cosas extraordinarias.
Creo que es fantástico que deportistas como Rafa Nadal hablen de emociones y se hagan humanos, no tanto por ellos sino por todos los demás. Nadal lleva ventaja desde hace mucho tiempo porque su tío le lleva años entrenándole desde el sentido común y son pocos los que tienen esa ventaja.

Como decía Jon Valvano “Never give up…Don`t ever give up”. No te rindas. No te rindas nunca. Sobrevive y Avanza.

miércoles, 26 de agosto de 2015

Pensamientos encontrados (I)

Este blog ha ido sufriendo un proceso de transformación continuo, a veces consciente, a veces inconsciente, en ocasiones deseado, en otras ocasiones no tanto. Y es el blog así que soy yo. Vamos, como la vida misma.
Este blog comenzó como un proyecto de compartir mi pasión por el Coaching, el liderazgo, el crecimiento personal, el alto rendimiento, ligado al mundo de la empresa y, principalmente, al deporte. Con mi evolución hacia el Coaching deportivo, el blog fue mutando hacia esa dinámica y también con mi evolución en mi parte de recursos humanos la vitalidad fue sufriendo las consecuencia. El blog y yo en nuestra dinámica de transformación.
Hoy he decidido aportar al blog una serie de escritos que llamaré “Pensamientos encontrados” Pensamientos encontrados porque no los busco, pensamientos que me encuentro y que rápidamente los tengo que apuntar porque de lo contrario vuelan y desaparecen. En ocasiones regresan disfrazados en otros pensamientos. Pensamientos encontrados que en ocasiones tienen que ver conmigo, en otras ocasiones con mi entorno, en momentos con lo externo y en otras pocas con nada de eso. Los que me rodean y me escuchan, tal vez, algunas veces, crean saber de qué hablo (y acertarán) sin embargo, en ocasiones, lo obvio no es tan obvio como parece.
Algunas personas que siguen el blog dirán ¿y esto qué tiene que ver con el Coaching? Pues todo y nada. Creo que para ser un buen coach lo primero que se necesita es trabajarse muy bien a uno mismo, entenderse muy bien, tener la cualidad de estar como coach y no simplemente la cualidad de ser un coach. Y además, para mi, todo termina teniendo un nexo común, todo es parte de mi mismo. Así que vamos a por el primer pensamiento encontrado:


“Y la inseguridad de la libertad te atemoriza. El abrazo del gigante te aprieta, te asfixia, pero te consuela, te tranquiliza. El sentirte cerca de él, inexplicablemente, te da seguridad. La confusión se apodera de ti. Quieres correr y respirar, sin presión, sin corsés, sin las cadenas imaginarias que te atan a ese gigante. Pero aun siendo imaginarias son demasiado fuertes. Te das cuenta que no solo te dan seguridad, también son parte de ti, te dan identidad. También usas la fuerza del gigante para tu protección. Te sientes inseguro sin él. Sin embargo, el gigante jamás te ha atado. Nunca te ha negado la libertad pero sabes que la libertad tiene como precio la seguridad”

sábado, 8 de agosto de 2015

Coaching de Equipos

Valencia, 27 de julio de 2015, salgo del hotel para coger el tren en dirección a Catarroja donde se ubica la Universidad Florida, con la mochila cargada con el portátil, el cuaderno, varios bolígrafos para no perder detalle y con mucha expectativas de cara al curso “Coaching de equipos y otros enfoques” Mi objetivo principal en este curso es afianzar mi formación para dar el paso del Coaching individual al Coaching de equipos, ese paso del proceso individual al proceso colectivo, además de trabajar mis competencias como gestor de un grupo de personas y contrastarlas con la gestión de un equipo (que no de un grupo)
Altea, 8 de agosto de 2015, ya de vacaciones estoy reposando todo lo digerido en el curso con mis bolígrafos casi intactos. Aunque había coincidido con María Ruiz de Oña en el segundo ciclo del Experto en Coaching Deportivo y había “sufrido” en mis propias carnes el efecto de sus constelaciones y de su sistema de formación participativo, iba con la idea de un curso al estilo tradicional, con la estructura definida por el experto, con práctica pero con teoría, con fases de alumno / oyente y con posibles aprendizajes de la trayectoria de María en el Athletic de Bilbao…Y sin embargo ha sido un curso vivencial, experimental, muy intenso en el trabajo personal en el que los propios alumnos hemos ido creando buena parte de las dinámicas y en el que María nos ha ayudado a exprimirnos consiguiendo que en cinco intensos días un grupo de 12 personas, en su mayoría desconocidas, hayamos puesto la semilla de lo que perfectamente podría ser un equipo de trabajo. Una formación en la que incluso durante un rato María me permitió jugar a ser María (estoy a la espera del feedback María)
Como comentaba, iba a la formación con el objetivo de aprender, de adquirir nuevas herramientas, de tener las respuestas a las preguntas de los equipos, a obtener las claves para que los grupos sean equipos y, sin embargo, salgo, nuevamente, con la clara convicción que, siendo importante el conocimiento de la materia, la virtud de un buen coach es estar presente, es decir, el comprender lo que ocurre tanto al coachee individualmente como al propio equipo en su conjunto. En definitiva la práctica del Coaching se puede estudiar en los libros pero esa parte de arte intangible (sí arte, habéis leído bien) está más dentro de cada uno de nosotros que en los formadores que vayamos encontrándonos en las distintas formaciones que hagamos. Tan fácil y tan difícil. 
Además, complementado lo anterior, considero que lo esencial está en el trabajo personal del propio coach ya que sin ese trabajo interno es complicado que los procesos, tanto individuales como de equipos, salgan bien. En caso de no realizar este trabajo caemos en el riesgo de llevar nuestros propios lastres a los procesos y tendríamos que preguntarnos ¿qué hay de esto que está pasando en mi? ¿qué de esto es mío y lo traigo yo? Este trabajo es fundamental.
Quería terminar agradeciendo a María Ruiz de Oña su inmensa dedicación es este curso y a David Llopis y a Coaching Florida por hacer posible este curso y como no a cada uno de los que hemos compartido el curso: a Miriam por su intensidad, a Eugenio por compartir sus conocimientos, a Rosario por su ganas de aprender, a Paz por su tranquilidad y su implicación, a Elisa la deportista de élite competitiva que nos da esa perspectiva que a los demás nos falta, a Ainhoa por la valentía de perseguir su sueño, a Javi por su autenticidad, a Amadeo por su vitalidad, a Rafa por trasladarme su pasión por el futbol y las ganas de crecer, a Jose porque las apariencias engañan y a Pedro, alma mater de cualquier equipo que se precie y al que se echa enseguida de menos. Gracias a todos.

martes, 14 de abril de 2015

La luz de Miki Roqué

Nací el 8 de julio de 1977, por lo tanto en el horóscopo me corresponde el signo cáncer. Nunca he creído en el horóscopo, ni he seguido, ni siquiera leído por pasatiempo, lo que diariamente el periódico te presagia según los astros. Sin embargo de pequeño, cuando empezamos a oír la palabra cáncer en referencia a la enfermedad creía que al ser del signo cáncer estaba a salvo de padecerla. A medida que iba creciendo comencé a pensar lo contrario, que los que éramos del signo cáncer debíamos tener más posibilidades de enfermar por eso de la similitud. Hoy, afortunadamente, no creo ni una cosa ni la otra.
Miki Roqué (Miguel Roqué Farrero), nació también un 8 de julio pero de 1988. Jugador de las categorías inferiores del Liverpool, con quien llegó a debutar en Champios, Xerez, Cartagena y finalmente del Real Betis Balompié, el 4 de marzo de 2011 le diagnosticaron un tumor maligno en la pelvis.  Hace varios días comencé a leer "La Luz de Miki Roqué" la historia en su lucha contra el cáncer escrita por Juan Manuel López. Me cuesta leerlo, a pesar de la parte positiva que trasladan muchas de las personas que dan su testimonio, cada varias páginas me paro de la emoción. Pensar en un joven de 22 años recibiendo esa cruel noticia, de su lucha ante ese destino, de su lucha como un animal, la lucha de sus padres, su familia, sus amigos... El valor de su lucha hasta el punto de hacer creer a muchos en un milagro, de "no rendirse ante la derrota". El 24 de junio de 2012 falleció a los 23 años.
Pienso en todos esos jugadores que en ocasiones se quejan por sus suplencias, por sus pocos minutos, por sus lesiones y luego pienso en Miki Roqué que no pudo volver a pisar un terreno de juego, no pudo volver a disfrutar de su pasión y en lo injusto de nuestras quejas. Soy consciente de que al final la vida nos arrastra como un torbellino pero ¿por qué esa consciencia no nos hace disfrutar más de nuestra normalidad, de nuestro privilegio de estar bien, de disfrutar de lo cotidiano? Y luego vuelvo a pensar en que muchas veces somos autómatas en nuestra vida diaria. Un segundo más, una hora más, un día más y mañana vuelta a empezar. Eso siempre que nuestra vida siga su curso, sin que se altere por factores externos. Y seguimos la rueda. Y solo despertamos cuando una campana externa toca y nos resquebraja nuestra cotidianidad. Soy de las personas que se intenta trabajar esta dinámica y a pesar de ello me cuesta. Reconozco que en demasiadas ocasiones esa rueda diaria me supera y me hace volver a caer en la rutina. Ahora es la historia de Miki Roqué la que me toca con fuerza y la que me ha hace reflexionar, la que me hace intentar ser mas consciente de la suerte que tenemos cada día que estamos sanos, que nuestras familias y amigos están bien.
Miki Roqué no es ni mas ni menos que cualquier otro enfermo de cáncer, no es ni mas ni menos que cualquier otro joven que haya fallecido a causa de esta cruel enfermedad. Es como el caso de Ramón, otro chico de 25 años con metástasis que compartió con Miki Roqué las mismas ganas de vivir. Vidas como las de Maria o la de Gabriel Guevara, también enfermos de cáncer que pasaron por la vida de Miki. Miki Roqué no es un héroe que no sufrió o no se quejó pero sí es un modelo para todos los que compartieron momentos con él de vivir y hacer vivir cada momento al 100%. A mi me ha llegado su luz, me ha llegado su fuerza, su ejemplo y aunque sea por un minuto o un segundo cada cierto tiempo me ayuda a ser más consciente de mi vida. Del aquí y ahora.
Trabajo con deportistas que quiero que conozcan la historia de Miki Roqué porque creo que les puede ayudar en su camino. Me gustaría que fueran consciente que, por supuesto, se pueden quejar por sus situaciones, por los malos momentos, porque no consigan todo tan rápido como desean, pero lo justo. Nada más que eso. Ellos siguen teniendo la oportunidad ahora, en este momento, que MIki no pudo tener. Me gustaría que estos deportistas la disfrutasen, que se apasionasen con cada momento tanto como Miki Roqué deseaba volver a ser futbolista. 
Allá donde estés GRACIAS MIKI.

Tranquilo que estamos bien.
Hoy estamos bien.
Hoy estoy bien.
Mañana, no sabemos.
Aunque tú tampoco sabes cómo estarás mañana.
Así que estamos iguales en esta danza.
(del libro La luz de Miki Roqué)

jueves, 12 de febrero de 2015

De Antonio Banderas o lo que sería llamarse Anthony Flags

Puede ser que si en lugar de Antonio Banderas su nombre fuese Anthony Flags el discurso  que pronunció el sábado al recoger el Goya de Honor se empezaría a reproducir de manera viral en muchas jornadas, conferencias, seminarios, etc.
Personalmente no he seguido la carrera de Antonio Banderas de cerca por lo que me sorprendió enormemente el contenido de su discurso cercano, humilde, agradecido, emocionante y familiar. Un discurso que habló de la aventura de vivir recordando que debemos seguir sintiendo a aquel niño que fuimos, que somos, porque lo más divertido es jugar.
De que aunque a veces una decisión parezca fruto de la inconsciencia, una misión (una meta) y una determinación clara pueden hacer que el corazón gane la batalla a la razón. A lo que yo añado, que sin volvernos locos pero sin que nos dejemos de volver un poco locos,  tal vez,  de volver a ser niños.
De la vocación como sustantivo esencial de una profesión. De la constancia como clave en ese viaje en busca de nuestra vocación, tanto en el fracaso como en el éxito. De la crisis como estado natural de creación, de crecimiento, de evolución. Del confort y lo estable como somníferos de nuestra propia vida.
La centralidad en el ser y no en el tener. En saber agradecer y reconocer a los que nos ayudan en la creación de ese ser que somos nosotros porque en definitiva todos ellos son parte de nosotros y sin ellos no seriamos los mismos.
Y, para finalizar, la dedicatoria a las personas, o personitas, que suelen sufrir nuestras pasiones y nuestras ausencias pero que en definitiva saben que sin nuestra pasión, nosotros, y ellas, no seríamos los mismos. 


sábado, 31 de enero de 2015

Bienvenido 2015

Supongo que algunos de los gurus bloggers darían por finiquitado el mío ya que mi última entrada fue hace casi ¡tres meses! ¡cómo pasa el tiempo! Algunos otros ya ni siquiera se pasaran por aquí ya que cuando ves que un blog no se actualiza terminas por no insistir en volver a la cita, a mi también me ha pasado. Intentaremos que unos y otros vuelvan por aquí y a ver si los que hoy me leéis me ayudáis en ello. 
No conseguí llegar a desearos un feliz fin de año 2014, ni pude enviaros mis mejores deseos para este 2015 que ya avanza veloz hacia su segunda etapa. Hace poco un amigo me preguntaba hasta que fecha se puede felicitar el nuevo año y la verdad no tengo ni idea pero con los que no haya coincidido ¡feliz 2015!! Ahora nos quedan 11 maravillosos meses por delante en los que uno de mis objetivos será pasar, al menos, una vez al mes por este que he considera mi blog balcón y así nadie me pueda gritar aquella frase que tanto me gustaba de "no se me muera..."
Dejamos atrás un 2014 que en mi caso arrancó sus primeros días con una decisión que siempre podré recordar en esas historias melancólicas que no llevan a nada de "y si hubiera...", que continuó por momentos como una Marathon griega de acontecimientos, que allá por septiembre me presentó nuevos retos y decisiones y que finalizó casi pidiendo la hora pero con un podemos (sin coleta) por bandera. En ese trasiego de quehaceres también hubo momentos para disfrutar, siempre en buena compañía, de la buena música del loco argentino y de aquellos que en su día optaron por dar un pequeño salto mortal, de lecturas enriquecedoras, de la buena mesa en nuestros homenajes de barrio y sobre todo de descubrir como mis princesas crecen a un ritmo que asusta porque, en definitiva, ellas se han convertido en mi espejo.
¿Y en el coaching? ha sido un año con momentos emocionantes, nuevas experiencias, nuevos retos, nuevos deportes, aprendizajes y desaprendizajes, de romper barreras y seguir enfrentándome a mis miedos, de admirar cada día más a las personas que me rodean y a esas nuevas que van apareciendo en el camino, de comprobar como con pasión las cosas salen mejor, que con pasión se disfruta de todo mucho y que además te trae recompensas. También de momento de dudas, de tristezas pasajeras, de fracasos constructivos y de ponerse las pilas. Y así arrancamos este 2015, con las pilas a tope, con ganas de seguir aprendiendo y creciendo. ¡¡¡Vamos a por ello!!!