viernes, 6 de mayo de 2016

Coaching de Equipos - Easo Junior

El pasado mes de julio realicé en la Universidad Florida de Valencia el curso de Coaching de Equipos y otros enfoques bajo la dirección de María Ruiz de Oña (ver entrada del 8 de agosto de 2015) El aprendizaje más importante que extraje del curso fue el de “estar”,  estar en el proceso, hay que tener conocimiento y preparación, obvio, pero sobre todo hay que estar. Estar a lo que sucede, a lo que requiere cada situación, cada momento. Y este aprendizaje ha sido valiosísimo ya que me ha ayudado mucho a adaptarme a la realidad de cada momento. Nos preparamos para tener las respuestas, las herramientas concretas, para no fallar, para parecer que lo sabemos y controlamos todo.  Y así visualizamos el proceso en el que queremos participar. Pero el proceso tiene su propio sistema que lo mueven las personas que lo componen y que nosotros debemos procurar acompañar.
He tenido la suerte de compartir esta temporada con el Junior A del Easo, que el miércoles finalizó su temporada con una brillante 9º posición en el Campeonato de España Junior, la mejor clasificación de la historia del club.  Ha sido un proceso en el que el principal trabajo ha estado en el acompañamiento a su entrenador Alberto Ausin.
Los procesos de equipos, como es lógico, los solemos unir directamente al trabajo con el grupo pero desde el punto de vista del coach el trabajo directo con el entrenador es de gran impacto ya que es el entrenador quien más contacto tiene con el propio equipo y el trabajo diario del entrenador cae como la lluvia sobre los jugadores, se esparce de una manera más continuada. Por eso comentaba al principio que en los procesos hay que estar y moverse en función de lo que requiere el propio sistema del grupo ya que podemos entender que un proceso de Coaching de equipos debe tener una intervención directa sobre el equipo pero, en ocasiones, el equipo ya tiene generada una dinámica de funcionamiento y el trabajo tiene que centrarse más en otras áreas.
En este proceso, como decía, el principal trabajo ha sido el acompañamiento a Alberto en su labor de gestionar al equipo y sacar su máximo potencial y de crecimiento como entrenador y, ligado a ello, su crecimiento personal. Ha sido un proceso en el que yo también he aprendido mucho y en el que las conversa(c)iones han ido siendo transformadoras. También se han realizado intervenciones con el equipo en momentos concretos. Un equipo que tenía como principal virtud el conocer cuales eran sus fortalezas y cuales eran las áreas que debían trabajar si querían conseguir sacar su máximo rendimiento. Y esto para mi demuestra que han sido un equipo. Como todos los sistemas integrados por personas han tenido sus lagunas, sus momentos de dudas, pero creo que el broche final en el Campeonato de España define mejor que nada qué tipo de equipo han conseguido ser.
Por terminar quería darle las gracias a Alberto. En él he encontrado una persona honesta, sincera, trabajadora, con muchísimas ganas de crecer y de aprender y, sobre todo, muy pasional. Siente  y transmite pasión por el baloncesto, por entrenar y siente pasión por sus jugadores. Sufre y goza con ellos. Me encanta recalcar lo de la pasión porque creo que es una de las características fundamentales que debe tener una persona, y mas en un entrenador que tiene el objetivo de liderar un grupo de personas y convertirlo en un equipo. Si hay pasión encontraremos muchas cosas, sin pasión nos faltarán muchas. 
Aquí os dejo el enlace a la crónica escrita por el propio Alberto.


Muchas gracias al Easo por darme esta oportunidad y gracias especialmente a Alberto.

PD: Alberto te tomo prestada la foto.


miércoles, 4 de mayo de 2016

Pensamientos encontrados (III)


Momentos en que se cruzan los extremos de la vida. El crecimiento aún imperfecto en su esplendor y el declive deshonesto y traicionero. Ambos con sus sonrisas y sus lágrimas. Desde el momento en el que nos creemos invencibles hasta el momento en el que somos totalmente vulnerables. Y la unión entre esos extremos es el camino en el que tenemos la obligación de construir nuestra felicidad. Cada uno la suya. La que busquemos. O no. Sin felicidad. Con melancolía. También vale. Pero al menos seamos actores principales de esa historia. Mirarla fijamente y agarrarla. No apartar la mirada. Ese trayecto nos pertenece. Te pertenece. Me pertenece. Vivámoslo. Un segundo, un minuto, una hora, 24 horas al día. Lo que queramos / podamos. Una sonrisa, una mirada, un gracias, un abrazo, un beso (o algo más..), una canción, una película, un vino, un paseo, un sueño (consciente o inconsciente) un momento de reflexión, compartido o en solitario... Ser fiel al actor principal que merece nuestro guión. Todo llega y todo pasa, al menos, intentemos disfrutar entre la llegada y la salida. 

*Para entender el origen de estos pensamientos encontrados ir a la entrada del 26 de agosto de 2015.