lunes, 8 de agosto de 2016

Pensamientos encontrados (IV)

Y la vida te sacude. En un segundo. Solo es un segundo. Todo cambia de prioridad. Todo lo que parecía importante ya no lo es en absoluto. No hay voz, ni melodía que te tranquilice. Quieres silencio. Buscas silencio. Silencio para estar contigo a solas. Silencios que te hacen sentir en soledad. Dan tranquilidad pero también asustan. Silencios para buscarte. Silencios para encontrarte. 
La vida te voltea. Todo lo establecido se tambalea, se pone patas arriba y te hace ver lo que verdaderamente duele en tus entrañas. Duele hasta hacerte dudar de esa fortaleza que creías tener. Pero, sin embargo, te fortalece en las raíces. En lo que de verdad importa. En lo sustancial de la vida. En lo que está en tu día a día y dejas que se convierta en rutinario. En la rutina que anestesia lo vital. La anestesia de la comodidad, la anestesia del miedo. La anestesia que nos hace deambular pensando en un mañana que es idéntico al pasado, en un mañana que siempre es presente.
No sabes donde estás. Estás aturdido. La sacudida ha sido bestial. Vuelves a la casilla de salida y te toca jugar, te toca apostar. No juegues a lo loco te dices. Pero juega, y vive. 
Los suelen llamar despertares.


*Para entender el origen de estos pensamientos encontrados ir a la entrada del 26 de agosto de 2015.