
En el reportaje, el padre de Billy de 9 años, campeón del mundo de golf de menores de 9 años, señala " lo único que importa es ganar, es cuestión de vida o muerte". El mismo padre, tras un mal torneo, le señala a su hijo (de 9 años, no lo olviden) " me has decepcionado, has decepcionado a tu familia y te has decepcionado a ti mismo". El padre de Lee Spurling, de 12 años y apodado El Lobo, a la pregunta de qué pasaría si su hijo dentro de unos años renunciase a jugar al golf, responde "eso no pasará porque Lee no renunciará a ser rico". Estos son solamente algunos ejemplos del espeluznante reportaje de la vida de estos niños.
Seguramente, muchos conocemos historias, si no iguales, que nos recuerdan a las mostradas en el reportaje: padres que pagan a sus hijos por goles metidos, padres gritando a sus hijos por no hacer lo que les han indicado previamente o, lo que es peor, padres discutiendo con otros padres. Es muy preocupante la traslación de los sueños frustrados de los padres a sus hijos.
Hay muchos ejemplos de deportistas dirigidos por sus padres que han llegado a triunfar pero y ¿cuántos se han quedado en el camino? por cada Tiger Woods se han quedado miles y miles de sueños por el camino. Poco a poco, algunos clubes profesionales, están creando programas para educar a los padres en la gestión de las circunstancias que rodean a sus hijos: presión, frustraciones, éxito, etc.
Considero que a los niños hay que dejarles competir y que desarrollen su talento pero con la firme base de unos valores que prevalezcan sobre la victoria a cualquier precio. En esa parte los padres son pieza fundamental. Cuidemos el talento, cuidemos la cantera y cuidemos a nuestros futuros campeones. Esta semana se conocerá al nuevo Balón de Oro para el que están nominados Xavi, Iniesta y Messi. Viendo, observando y escuchando a estos tres jugadores, tenemos un gran ejemplo de PERSONAS deportistas.
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