
Hoy he estado presenciando el partido, correspondiente al Trofeo López Ufarte de categoría alevín, entre el Real Madrid y la Selección de Gipuzkoa, entrenada por mi amigo Joseba Barandiaran (con quien estoy en la foto de la derecha) De los, aproximadamente, 30 chavales que han jugado el partido, con mucha suerte, 1 o 2 podrían debutar en primera división. De los demás, algunos, también con suerte, jugarán en otras categorías de fútbol. El resto tendrá una vida profesional diferente, la que ellos elijan, pero no en el fútbol profesional. Y aquí me viene la pregunta ¿qué educación se les da, cuando ven comportamientos como los vividos en el partido del miércoles? Joseba, que en su día estuvo en la estructura del fútbol base de la Real Sociedad, mantiene la firme creencia que a esas edades, los chavales tienen que competir pero que, sobre todo, hay que enseñarles a jugar. En mi opinión, ese enseñarles a jugar, tiene diferentes vertientes que van más allá del propio juego; tienen que aprender a formar un equipo partiendo de un grupo, aprender a disfrutar del deporte como enseñanza de vida y, sobre todo, enseñarles que no todo vale para conseguir el éxito.
En la entrada de este blog del día 14 de abril (http://juegointerior.blogspot.com/2011/04/to-dare-is-to-do-atreverse-es-lograrlo.html) hablábamos de la frase del poema If de Rudynard Kipling que se encuentra en el pasillo de acceso a la pista central de Wimbledon " If you can meet with triumph and disaster, Treat those two imposters just the same" (Si puedes conocer al triunfo y la derrota, trata de la misma manera a esos dos impostores) Creo que colocar estas palabras en el acceso al terreno de juego del Bernabeu en la eliminatoria de Champions sería de gran utilidad.