domingo, 17 de febrero de 2013

Edurne Pasaban, su coach y la creatividad

A pesar de la moda en la que están convirtiendo el Coaching, sobre todo algunos realitys, es muy gratificante leer a deportistas profesionales dar valor a los procesos de coaching y a la labor de su coach. Hace relativamente poco tiempo Michu (@Michuoviedo) ,jugador del Swansea y de moda en la Premier inglesa, hablaba de la importancia que había tenido el coaching en su camino como futbolista. Ahora acabo de finalizar el libro "Objetivo: Confianza" (Editorial Conecta-2012) escrito conjuntamente por Edurne Pasaban (@Edurne_Pasaban) y su coach Angélica Del Carpio. en el que Edurne, va narrando su proyecto de ascensión al Everest sin oxigeno y Angélica Del Carpio va acompañando el relato con diferentes análisis y reflexiones sobre la creación de equipos, la toma de decisiones, el liderazgo, la comunicación, la gestión de las emociones...A mi el libro me ha gustado mucho en el formato complementario de las dos escritoras. Os lo recomiendo.  
Os dejo un breve cuento que se recoge en el libro. Para esta época de protestas quejas, exigencias, críticas desde la barrera, de muchos derechos y pocas obligaciones, de exigir responsabilidades a los demás sin mirar en nuestra casa, de imponer modelos...creo que deberíamos dejar paso al esfuerzo, el compromiso, los derechos con obligaciones, de exigirnos a nosotros mismos, de buscar nuestras soluciones, de trabajar nuestra zona de influencia y bastante la creatividad frente a los problemas. Espero que el cuento os puede inspirar a la hora de pensar en soluciones creativas en situaciones difíciles:
"Cuenta una antigua leyenda que en la Edad Media un hombre muy virtuoso fue injustamente acusado de matar a una mujer.
En realidad, el verdadero autor era una persona muy influyente del reino y, por eso, desde el primer momento se buscó un chivo expiatorio para exculparle.
El hombre virtuoso, que fue llevado a juicio, era consciente de que tendría escasas o ninguna oportunidad de escapar al terrible veredicto: la horca.
El juez, cómplice de la injusticia, quiso cuidar el aspecto formal y dar apariencia de justicia al proceso, de modo que le dijo al hombre "Como conozco tu fama de hombre justo y devoto del Señor, dejaremos en manos de Él tu destino. Escribiremos en dos trozos de pergamino las palabras culpable e inocente. Tú escogerás uno y será la mano de Dios la que decida tu destino".
Por supuesto, el corrupto funcionario había escrito la misma leyenda en los dos papeles: culpable. Y aunque el hombre no entendía los detalles de la componenda, se daba cuenta de que aquello era una trampa. No tenía escapatoria.
El juez le indicó al hombre que tomara uno de los trozos de pergamino. él respiro profundamente y quedó en silencio unos segundos, con los ojos cerrados. Y cuando la sala empezaba ya a impacientarse, abrió los ojos y, con una extraña sonrisa, tomó uno de los pergaminos, se lo llevó a la boca y lo engullió rápidamente.
Sorprendidos e indignados, los presentes le reprocharon airadamente "Pero ¿Qué has hecho? ¿Cómo vamos a saber el veredicto ahora?"
"Es muy sencillo -respondió el hombre- Es cuestión de leer el pergamino que queda y sabremos lo que decía el que me tragué"
Con rezongos y enojo mal disimulados, tuvieron que liberar al acusado y no volvieron a molestarlo"

 (Anónimo. Extraído del libro Cuentos con alma de Rosario Gómez)

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